viernes, 3 de abril de 2009

EDUARDO KLEIN: EL POETA



EDUARDO KLEIN: EL POETA


La Poesía se divide en seis generaciones: 1)los muy malos, 2)los malos, 3)los mediocres, 4)los correctos (ojo con esta generación, la más peligrosa y sistémica, en donde abundan los gatos por liebre), 5)los buenos, 6)los muy buenos. Eduardo Klein pertenece a la generación de los muy buenos; sobre todo, NO pertenece a la generación de los correctos.
Es hoy por hoy uno de mis poetas predilectos. Lo será asimismo en el futuro . Vive en Curicó. Creo que nació en ChiledeHoy, un lugar insolente, ubicado justo debajo de un pedazo de lábaro algo rancio llamado "banderitachilena". Menos mal que en lugares como ChiledeHoy existe también un Chile en que surgen personas como Klein.


Hasta el momento, permanece inédito. Pronto, eso sí, en forma de libro, este buen maldito nos propinará un golpe en el mentón y un latigazo en las nalgas cuya fuerza y belleza nos harán entender que, frente a su poesía golpeadora, debemos ser unos masocas agradecidos —joder, tío, estamos muy cachondos esperando ya tu libro de poemas, ese libro vestido con traje de cuero negro, ajustado a las bolas o las tetas, látigo en mano, dildo en ristre, cómo jodidamente uno espera leer esos poemas escritos sobre tus, mis, nuestras nalgas espirituales.


La poesía de Klein es una poesía mayor. Si Klein fuera de la farándula, yo sería con gusto su paparazzi; Klein no es, empero, de la farádula, aunque sí es un paparazzi que hace fotos del mundo, ese Rock Star que va a morir de sobredosis de Ser, oh maldita droga Ser.

Klein nació en 1964; informaciones de último minuto me indican que, hasta ahora, está entero de vivo, papito.




K. Ramone


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POEMAS DE EDUARDO KLEIN

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RABIA CONTRA LAS MÁQUINAS


Dedicado a Theodore Kaczynski


Muera la máquina de tejer
Muera la máquina de afeitar
Muera la máquina de coser
Muera la máquina de copiar
Muera la máquina de moler
Muera la máquina de lavar
Muera la máquina de batir
Muera la máquina de calcular
Muera la máquina de pulir
Muera la máquina de excavar
Muera la máquina de sufrir
Muera la máquina de matar


Mueran todas las máquinas!
Menos la de escribir



BANDERAS
O LA DISOCIACIÓN DE LA SENSIBILIDAD




Al hombre le cambiaron
un ojo por un oído

McLuhan




Chile limita al norte
con Costa de Marfil
y al oeste
con Checoslovaquia

Chile limita al sur
con Ecuador
y al este
con la República Popular China


(en las banderas de la contratapa
del Pequeño Larousse Ilustrado)


PROBLEMA DE IDENTIDAD


Hay que salir
de vez en cuando a respirar:

el poeta es un submarino
que dispara
torpedos de realidad
pues apenas se escribe
este rebuznar
que nos ronda en la cabeza
ahogándo-
nos
atorándo-
nos
angustiando-
nos
nos
decimos poetas
por no decir
por no querer
o no poder
nombrar aquello
que en verdad somos:

hijos
naturales del abismo



EN LA ERA DE LOS PRODIGIOS


Deja que los hombres
se vayan a conquistar otros planetas

Aquí nos quedaremos
tú y yo
viéndoles alejarse entre las estrellas

Al final
tú sabes
como yo
que ellos algún día volverán
arrepentidos
como el hijo a la casa de su padre
donde los recibiremos alegres
ofreciéndoles
los frutos de la tierra despreciada

Por eso
deja que los hombres
se vayan a conquistar otros planetas
pues sólo así sabrán
que la belleza
también es de este mundo


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5 comentarios:

Agustin Galvez dijo...

Que bueno, que fuerte, que curioso que, aun con todo y a la postre me recuErda a WHITMAN.....y al respirar huele a hierba fresca y a natura compañera y amada...
(Acere querido!brindo por vos! y por que sigas mostrandonos mas prestidigitadores...

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Muera la máquina del tiempo...dios me libre que aparezca en sus delimitadas generaciones estimado camarada.

Saludos

Anónimo dijo...

Gracias, Shyvy Kerida y Kerido Agus:
Por un lado, Agus nos lanza un ojo atento desde Barcelona y me acuerdo de que hoy no le he dado un abrazo. Va pa'llá, mi Hermano.
Por otro, Shyvy ha de saber ya que de generaciones y de degeneraciones todos vamos, sobre una mula coja a veces, mirando como se nos incendia cada tanto el Parnaso.
Por lo pronto, seguimos atentos a temblores altos como los de Klein.
Un abrazote.
El Perro de Tarkovski

Anónimo dijo...

grande klein!!!!!!!
no necesita mas argumento.

Anónimo dijo...

Buenísimo Sr. Klein, creo que en esto de colonizar "nuevos mundos" los hombres habitualmente pierden la cordura y entre los pocos cuerdos que se quedan en tierra , siempre hay por ahí algún poeta...

Gracias, Kato Ramone, por mostrarnos la belleza que, estando tan cercana, a veces no la vemos.

Ramona.