martes, 27 de noviembre de 2007

JOHN CRISTO


A eso de las tres de la mañana de la tercera madrugada, la sombra de John Cristo, el amigo de todos y odiado por todos, cayó llena de cuerpo y con sonido seco sobre el piso del Bar. Un gato que dormitaba sobre ese mismo sitio, ahíto de sorpresa y espanto, arañó la cara del cuerpo sobre la sombra, la misma sombra que por treintaytantos años terrestres cargó John Cristo, el Eterno Salvador de los rockers cerveceros. Uno de estos rockers, miembro de una banda tributo a The Ramones llamada Jackie is a runt, se allegó, molido el aliento por la mucha cerveza y la tanta boca, al pecho del recién caído y dijo, en voz alta y en perfecto español, lo que ya se había adivinado: "Está muerto". "Está bien muerto", dijo uno que no era rocker y que hablaba entredientes, aunque lo suficientemente mal calculado como para ser escuchado por los doce rockers amigos de John Cristo.

Cuando terminó la trifulca había trece muertos, uno el ya nombrado John Cristo, y el resto, el que no era rocker y que habló por última vez en su vida entredientes, y once de los doce amigos rockers ya referidos. El número doce fue hallado colgando de un arco de fútbol a la mañana siguiente, esto en la Población vecina al basural llamado el Calvario, cercano a la esquina del pasaje en que vive desde hace varios años un perro del tipo quiltro llamado Nailon, el perro de carne y plástico.

Cuando no termina bien, la vida termina mal, decía mi estúpida madre cada vez que se hacía un aborto. Y, claro, la vidas levemente relatadas acá terminaron mal. Afuera del bar se levantó una animita pintada de celeste, un triste espactáculo en honor a la muerte y en que suelen echar sus hediondas meadas los borrachos y uno que otro perro sin nombre conocido. A veces, también, algún gato de esos de cola quebrada y bien flacos.

John Cristo sigue siendo oído a través de los cuatro CDs con que algunos rockers de corazón lo tributan. Siempre hacen la pobre analogía con Jesus, llamado el Cristo; sin embargo, su vida no tuvo nada que ver con Cristo ni con Jesús ni con hijo alguno del Hombre. Por supuesto, sí tuvo que ver con los excesos y el rock'n'roll, pero de ahí resultaría sólo un nuevo y miserable cuentito de carácter didáctico o qué sé yo.

En este relato, hay, ahora lo digo, un secreto: lo que John Cristo supo la misma noche en que cayó sobre su sombra, sombra que ya lo esperaba en el suelo cuando cayó de hocico y secamente, sombra que no podía, esto debe ser así, saber del secreto afincado en John Cristo desde esa noche de muerte. Lo que John Cristo supo, no será dicho hoy ni mañana ni nunca. Lo que supo no lo sé yo. Dicen que lo sabe Nailon, el perro, pero eso de nada nos sirve, pues desde hace miles de años se tiene la idea de que los perros no hablan la lengua de los humanos. Una lástima. Pues bastaría sólo con preguntarle con amabilidad. Yo no lo haré, porque sólo soy la voz del narrador de un relato, cosa de suyo abstracta, muy inútil, asaz inconsistente, demasiado poca cosa para la vida real. Hasta aquí entonces. Saludemos en todo caso a los honestos seguidores del rock'n'roll en todas sus vertientes o estilos. Señor, qué más podemos hacer, qué más, ¿acaso llorar por quienes, otra vez, mueren miserable y torpemente? Eso ya lo sabía mi madre después de cada aborto. Dejó de saberlo, pienso, una vez que pese a todo yo vine a nacer en este mundo, que no es un mundo de mierda, pero que está cerca de serlo.


K. Ramone

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Un Hermoso Poema De Bukowski

to the whore who took my poems


some say we should keep personal remorse from the
poem,
stay abstract, and there is some reason in this,
but jezus;
twelve poems gone and I don't keep carbons and you have
my
paintings too, my best ones; it's stifling:
are you trying to crush me out like the rest of them?
why didn't you take my money? they usually do
from the sleeping drunken pants sick in the corner.
next time take my left arm or a fifty
but not my poems;
I'm not Shakespeare
but sometime simply
there won't be any more, abstract or otherwise;
there'll always be money and whores and drunkards
down to the last bomb,
but as God said,
crossing his legs,
I see where I have made plenty of poets
but not so very much
poetry.

***

a la puta que se robó mis poemas


algunos dicen que deberíamos apartar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay alguna razón en esto, pero
Jesús
doce poemas perdidos y no guardé copias y tienes
mis
pinturas también, mis mejores pinturas; es asfixiante:
¿estás tratando de joderme como al resto?
¿por qué no te robaste mi dinero? Usualmente
lo sacan de los durmientes borrachos pantalones enfermos en el
rincón.
la próxima vez róbate mi brazo izquierdo o uno de cincuenta
pero no mis poemas;
no soy Shakespeare
pero alguna vez no habrá ninguno más,
abstracto o de otro modo;
siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como Dios dijo,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas
pero no tanta
poesía.

***

Siempre es bueno volver a leer un poema de esos inmortales, de esos poemas vivos, en horas en que a veces campea la muerte. Hoy estoy triste, pero releo este inmenso poema y me atrevo a respirar entornando incluso una sonrisa, una sonrisa remotamente adentro, cercanamente en el fondo, al lado de todo, que es donde suele levantar su mediagua lo lejano. Léanlo y vuélvanlo a leer y sigan leyéndolo, aun cuando ya no lo puedan leer. Permítanme que esta entrada esté dirigida por una mirada hacia a mi viejo dormido.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El Oscuro Caso Carver-Lish


Mucho se ha hablado sobre el papel del editor en el resultado final de algunas obras y, aun, del estilo preciso y reconocible, por propio, de ciertos autores. Nadie duda de la calidad de la escritura de Carver, breve, precisa, certera, sin excesos, en fin; sin embargo, existen dudas acerca del papel jugado por Gordon Lish, editor, en lo que conocemos como estilo Carver. A partir de las revelaciones del papel jugado por Lish, inmediatamente se alzaron algunos para gritar a los cuatro vientos que el estilo Carver sería más bien fruto del "ojo" de Lish, es decir, de la calidad de la tijera de éste frente a los manuscritos de aquél, es decir, que la escritura era de Carver pero, el estilo, de Lish ("...the basic idea was that he had changed some of the stories so much that they were more his than Carver's...", uauuu, no es menor la afirmación).

Los invitamos a leer un rico texto aparecido en The New York Times a propósito de lo que en esta ocasión llamaremos con el neblinoso nombre de "El Oscuro Caso Carver", jejejeje. Los que quieran buscar cinco patas donde en realidad hay tres, podrán tener sus cuatro en este artículo-reportaje. Lo claro es que Gordon Lish pudo editar, aunque jamás escribir los textos de Carver: para podar hay que tener el árbol y el árbol tenía por nombre Raymond o Ray para los amigos.


"The Carver Chronicles

By D. T. Max

Published: August 9, 1998. New York Times

For much of the past 20 years, Gordon Lish, an editor at Esquire and then at Alfred A. Knopf who is now retired, has been quietly telling friends that he played a crucial role in the creation of the early short stories of Raymond Carver. The details varied from telling to telling, but the basic idea was that he had changed some of the stories so much that they were more his than Carver's. No one quite knew what to make of his statements. Carver, who died 10 years ago this month, never responded in public to them. Basically it was Lish's word against common sense. Lish had written fiction, too: If he was such a great talent, why did so few people care about his own work? As the years passed, Lish became reluctant to discuss the subject. Maybe he was choosing silence over people's doubt. Maybe he had rethought what his contribution had been -- or simply moved on."



Los Rincones Oscuros

Hola Amigas y Amigos Presentes y Futuros:
Les damos la bienvenida a este blog que pretende ser una ventana más mirando hacia ese pedazo de nailon o cielo o ala que es la Literatura. Escribir Literatura con mayúscula no es un mero capricho, sino una declaración de intenciones y culpa: intenciones de mostrar ámbitos relacionados a la Literatura así con L grande, y la culpa de contribuir al conocimiento de Demonios de variada índole.
Los Rincones Oscuros, refiere al título traducido, Mis Rincones Oscuros (My Dark Places), de la autobiografía de James Ellroy, el llamado "Demon Dog of American crime fiction".
Pretendemos acoger creaciones, comentarios críticos, reseñas, etc., pero sobre todo queremos cometer un aporte al conocimientos de autores y escrituras. Además, infligiremos algo de determinados gustos musicales.
Hey, oh, let's go!!! Un abrazo y, nuevamente, bienvenidos.
Ramono y Ramona.